PUEDE QUE ME CONOZCAN, PUEDE QUE NO... NO SOY LA MEJOR PERSONA DEL MUNDO, NI LA MEJOR HIJA O HERMANA O AMIGA, NI MUCHO MENOS LA MEJOR ESCRITORA; PERO QUIERO COMPARTIR CON USTEDES LO QUE PUEDO CREAR CON IMAGINACIÓN Y EMPEÑO. SI ME DEJAN LLEVARLAS, PUEDEN QUE DISFRUTEN EL PASEO





viernes, 27 de julio de 2012

LUCIUS

 PRIMER CAPÍTULO

ADJUMTUÝ

Una vez escuche, en virtud del espíritu que dejo la revolución plebeya en el ahora conocida Republica Francesa,que lo que determina a un hombre son los actos y como defienden sus ideales, pero ¿Tengo ideales? ¿Tengo convicciones? Y si no los tengo ¿me hace menos persona que los demás? Todo lo que sé es lo que me enseñaron, es parte de la crianza y de lo necesario para sobrevivir cada día, porque esto es lo que soy y jamás me lo plantee de otra manera. Cumplo automáticamente cada función asignada, con la mayor prontitud y excelencia, la equivocación no es tolerada, no por el castigo, aunque no sería prudente manejar una espada con dos dedos menos o escuchar los pasos del enemigo sin una oreja, y eso solo sucede cuando el castigo es leve; pero no puedo fallar, no lo podría tolerar, no solo porque me lo enseñaron de esa manera sino también porque implicaría la muerte de mi chopeí’i. Jamás pregunte a  ningún otroblizur si  les importaba la muerte de su chopeí’i, habíamos nacidos para cuidarlos, protegerlos hasta la muerte, pero aun así, no sé si a alguno realmente le afectaba la muerte de ese ser que tenemos que cuidar. El mundo no cambio a lo largo de los siglos, las herramientas, las costumbres, los pensamientos se desarrollan pero la esencia sigue ahí, no se altera, todo se disfraza pero la verdad sigue bajo cada mascara, así uno puede predecir como todo se desarrollara, no es difícil solo hay que prestar atención y atender a lo verdadero, lo que se encuentra bajo la superficie. Pero nosotros no cambiamos, los Adjumtuý no podemos cambiar, seguimos combatiendo en las mismas armas, apenas siendo modificadas a lo largo de los años, sumamos otras pero lo que algunos pueden considerar primitivo nosotros lo denominamos efectivo.
No importa la malla o escudo que lleve un contrincante, cuando se coloca al frente, mirándolo directamente a los ojos, una cuchilla atravesada en el muslo, después de girarla para destruir la arteria, es más eficiente que cualquier otra cosa, las proyectiles toman más tiempo y son tan ruidosas que atraen la atención  de personas molestas. Por lo que lo primitivo es lo fundamental si sabes como manejarlo. Una vez indicaron que mi mente esanalítica, no supe si tomarlo como un elogio o un agravio, al tiempo entendí que era solamente la realidad, aunque a un  letergo  no le gusto y lo intuí al instante, esa misma noche fue en busca de mi cabeza. Aun no lo comprendo, tal vez se veía amenazado por algún motivo, por más que yo tuviese un chopeí’i  y eso me quitaba cualquier posibilidad de tomar su puesto en el futuro; tuve que cortarle la lengua para que no gritará mientras apuñalaba 37 veces en su pecho, con los Adjumtuý hay que ser precavidos, porque yo lucharía hasta más allá de la muerte, no sé nada mejor que luchar, ninguno de nosotros sabe nada más. Muchas civilizaciones creen que los Adjumtuý somos ignorantes y tenemos caras deformes, no sé si tengo rostro deforme, hace rato que no lo veo, es parte de mi penitencia, además de no hablar, hace 2548 días que no he dicho ni una palabra en voz alta. Por más que los sables perforen mi piel y las balas atreviesen mi cuerpo no puedo gritar, mi código no me lo permite, tengo que aferrarme a mi sentencia hasta que se de por concluida. E incluso en el imperio Germánico nos llaman Tier*, porque nos alimentamos, en ocasiones, de carroña como los animales; la opción sería alimentarnos de otros seres humanos, por lo que hay que optar por la carroña.
Volviendo al tema de los chopeí’i , cada uno conoce al suyo desde el mismo momento que se nace, yo por mi parte, tuve que esperar tres años hasta que naciera mi chopeí’i, los cantadores lo avecinaron de esa manera pero fue extraño un Blizursin nadie a quien proteger. Lo positivo es que cuando me presentaron a mi chopeí´i  ya tenía conciencia para aceptarlo, no fue necesario que fuésemos criados juntos, pero por algún motivo mi entrenamiento fue acelerado; de esta forma, en el cuarto año de mi nacimiento, me encerraron en las mazmorras podridas de la provincia de Danne, para que aprendiera a sobrevivir entre las ratas. Hasta mi decimo año solo había visto dos veces a mi chopeí’i , y lo sucedido en nuestro ultimo encuentro fue lo que ocasionó mi sentencia.  Otro contrapunto con los demásBlizur, aparte de que soy más grande de edad, yo no desarrolle una unión con el chopeí’i , de todas formas tuve que focalizarme en lo importante, aprender y adaptarme a cada situación hasta que tuviese que ocupar mi lugar. De hecho, el kansey que me superviso mi enseñanza se dio cuenta de algunas falencias, las cuales, no podían ser solucionadas sin romper el código; solo el chopeí’i puede ordenarme romperlo, pero no veo el interés para que lo haga, de todas formas no pueden afectarle mis fallas.
A partir de mi onceavo año, tuve que marchar al frente, otros países nos consideran mercenarios cuando somos jóvenes o nos encontramos sin un chopeí’ia proteger, ya que somos vendidos al mejor postor por un tiempo; viaje al nuevo continente para formarme, destripando indios. Estuve ahí por menos de dos años, cuando fue necesario ir hacía la india para desempeñar mi rol para apaciguar a las colonias, de todo mi entrenamiento lo que realmente me sorprendió fue Japón, ahí aprendí lo que jamás pude imaginar y aun conservo. Por eso considero que los Adjumtuý no somos ignorantes, es necesario prever cada mecanismo de defensa, ideando otros, porque todos luchan con sus armas alrededor del mundo, pero esta en cada ser humano la impronta de sobrevivir y es algo que es difícil de destruir; además tenemos que manejar distintos idiomas y respetar cada estilo de vida. Nuestros atuendos son los que dan la impresión de sanguinarios y primitivos; cada uniforme esta conformado por un gran saco que llega hasta los pies, con cuello alto cerrado al frente, armadura de metal a la altura de la espalda que es sostenida por ganchos al nivel de los hombros, dando la sensación de que somos más grande de lo que realmente somos. Aparte de los sombreros de tres puntas, tenemos un bozal en la boca, con puntas de metal hacía afuera y adentro para aislar los malos espíritus que puedan contaminarnos del exterior o nosotros queramos atraer; los zapatos son de metal en el talón que puede cortar mejor que una hoja afilada, y esta recubierto con piel de caballo (es más dura y resistente), yo preferí usar piel de búfalo ¡que hermoso espécimen! Pensé que era algún tipo de demonio cuando lo vi por primera vez, y sabía que me ayudaría a proteger mis pies en la nieve.
Cada momento de nuestros días esta destinado a instruirnos, no solo en la guerra sino también en asistir a los chopeí’i, sé exactamente lo que le agrada y desagrada, además de como ayudarlos desde el alba hasta la penumbra. Es imperante que nos manejemos con el mayor disimulo ante ellos, para que se acostumbren a nuestra presencia, y así no entorpecer su labor; hace unos años, en Sevilla, vi al chopeí’i Oclates junto a su blizur, fue una experiencia desconcertante al ver como interactuaban, como si hubiese algún tipo de amistad…esa misma noche fui a la recamara del chopeí’i Oclates y le encontré teniendo relaciones sexuales con su blizur. Tuve que partir al instante, no quería un enfrentamiento con el blizur, que si se dio cuenta de mi presencia; no es recomendable matar a un Adjumtuý cuando esta con su chopeí’i, me podría costar mi pierna derecha en un juicio. Ese día entendí que muchos chopeí’i utilizan a su blizur no solo para facilitar su vida, además de protección, sino también con propósitos menos loables; de todas formas, no  era un tema de mi incumbencia y puedo afirmar con suma seguridad, que mi chopeí’i  jamás me pedirá que realice tal acción para él, porque mi chopeí’i me detesta.
Era el cuarto mes de viaje, tenía que estar presente  al cumpleaños número 17 de mi chopeí’i,sus estudios universitarios se habían aplazado un año, los cantores junto a la Regencia así lo habían establecido; por lo que pude enterarme había una gran expectativa alrededor de mi chopeí’i, muchas irregularidades desde su nacimiento lo rodeaban, y eso implicaba también muchos peligros. Los canticos, como la tradición lo marca,serían conocidos el día que esta se cumpliese, así que estaba a ciegas, mi deber era proteger a mi chopeí’i y entendí la frustración de muchos Adjumtuý, y en especial, los blizur como yo. La tormenta que toco el océano Índico atraso 3 semanas mi llegada por lo que no podría ayudar en los preparativos en la celebración. El castigo por mi retraso sería grande, pero no implicaría ninguna amputación, no cuando mi chopeí’i necesita su escolta lista y completa antes de viajar a Inglaterra para comenzar sus estudios.  Aun después de dos meses en la misma embarcación, ningún tripulante se me acercaba, incluso entre la población de Ziruz, los Adjumtuý, especialmente los blizur como yo, somos temidos….tienen razón de temernos. Se alzaba el sol en el oriente cuando llegue al puerto, sería un viaje de día y medio que tendría que realizarlo en menos de 13 horas. El barco estaba anclando, y cerré los ojos, trazando en mi mente el camino a seguir; la última vez que estuve en Ziruz fue hace 7 años, y aun podía recordar cada llanura y montaña. Tenía que esquivar el lago de Mortrita, las espinas que le rodeaban eran muy grandes y podían lastimar al caballo, entorpeciendo todo el viaje; las montañas de Roprinto estaba descartadas, así que me tenía que arriesgar con las arenas de Alentio, solo esperaría que el suelo no se trague al caballo ni a mí.
Alguien tosió a un costado mío, y tuve que enfocarme en el capitán, que sudaba por más que el clima estuviese helando.-llegamos…-me pare y él, automáticamente, respingo ligeramente, temeroso. Cada tripulante se alejaba a medida que pasaba, tome mi bolso de piel de mandril, y descendí, ante los ojos impresionados de la gente que estaba en el puerto; los comerciantes estaban abriendo las puertas y al notar mi presencia, dudaban si cerrar las puertas asustados. No estudie a nadie en particular, pero aun así vigile el terreno, hasta que encontré cerca  de una florista el objetivo, fue rápidamente hacía ahí, y la gente comenzó a gritar espantada.
 El hombre palideció y se protegió tras sus brazos, chillando como un niño.-¡no me mates! ¡Por favor!¡no me mates!...-los soldados presentes, aun cuando algunos eran de otros reinos, no se atrevieron a interceder, muy pocos se atreven a pelear con un Adjumtuý. Me detuve, e ignore los gritos del cobarde, para tomar las correas del caballo que estaba atado tomando agua a su lado; deje mi bolso en el piso embarrado y levante la pata del animal para estudiarlas. No tenía callosidades sangrantes y las herraduras estaban bien colocadas, revise las patas traseras y verifique que la yegua no estuviese embarazada, pueden ser lentas cuando lo están.- no es mio el caballo….-murmuro asustado el hombre y quite algunas correas de la silla, mucho peso me retrasaría.-…es de mi patrón…-me cerciore que no tuviese problemas en el rostro, si tenía algún tipo de infección moriría en menos de 9 horas.-…¿Qué le digo a…-tome tres monedas de hora del Imperio de Francés, con el rostro de Josefina marcado, y lo tire hacía el hombre. Me monte rápidamente al caballo, y fue ahí cuando note el entusiasmo del hombre, esas monedas equivalían el valor de seis caballos.- ¿Qué harás con el caballo?- me pregunto y creo que tenía miedo por el destino del animal; muchos creen que comemos animales vivos también. Pase mi mano hacía dentro de mi saco para llegar a mi cinturón y tome el fusil. Ante su horror, apunte a la cabeza del animal, no puedo hablar pero así se entero que el espécimen moriría tan pronto como termine de usarlo.  Di impulso a las riendas mientras apretaba mis piernas a sus costados, dominando a la yegua y comenzó a cabalgar rápidamente; moriría de cansancio el animal, ya que tenía que llegar a la celebración de mi chopeí’i  y pagaría las consecuencias de mi retraso.
La lluvia comenzó a caer rápidamente,mientras que el sol ya debía estar alto en el cielo, el animal quería descansar pero apretaba mis botas a sus costados sin cortarle con la punta filosa, pero que sienta el dolor y siga galopando rápidamente. El bosque de Contia no había cambiado en nada, algunas chozas valientes se había alzado entre medio de los arboles, pero eso indicaba que había gente que deseaba la muerte entre medio de los animales feroces y hambrientos; incluso a los Adjumtuý se nos hace difícil adentrarse a estos bosques, no por los peligros, sino porque el bosque murmura, como una sirena, para perderse y obviar el tiempo, y así morir de hambre. Rodee los senderos de Ambrusia, no quería que el animal se lastime ante las trampas de los fugitivos o ladrones, los mataría rápidamente a todos, pero no podía atrasarme, no cuando el castigo tenía que ser dado y así ocupar mi posición como Blizur  de Chopeí’i  Lucius.
A la altura de las arenas de Alentio, el animal quiso tirarse al piso, su respiración era agitada y su cuerpo ardía por la fiebre y el cansancio, sumándosele la lluvia junto al clima helado. Por lo que saque de mi cinturón el  cuchillo y corte una porción de su oreja, dejando que la sangre fluya; es conocido por todos que no hay nada mejor para un moribundo que la sangre de un ser destinado a morir, me incline hacía un costado, sosteniéndome de sus pelos, y  pase la sangre por sus labios. Se recupero a los instantes, y tuve que hacer un torniquete en su oreja para que no se desangrara, primero tenía que llevarme a Mayur, después podía morir si así lo quería. El atardecer estaba acabando, y podía sentir la bilis en mi garganta, los nervios me estaban llenando, no hay peor ofensa para un chopeí’i que su propio blizur no este presente cuando así se lo disponga. A lo lejos vi las pequeñas casas que rodeaban la fortificación de Mayur; el animal se tambaleo, quemaba bajo de mi su piel, así que presione mis botas y sentí como desgarro su  piel, y siguió galopeando rápidamente.
A medida que pasaba percibí como la gente me miraba impresionados, todos lo sabían, hoy regresaría el blizur del Chopeí’i Lucius; el cielo estaba despejado, la lluvia había parado a la altura del arco de Solozon,  pero aun así toda mi ropa estaba mojada. Desde la torre septentrional vieron mi llegada y la puerta de rocas volcánicas, se abrió ante mí; el animal no aguanto más, y me tire hacía un costado mientras esta caía rendida a un costado relinchando agotado. Algunos guardias junto a unos 3 Adjumtuýse me aproximaron y saque mi fusil, sin fijarme dispare a la cabeza del animal y seguí mi camino. Las luces en la plaza central se alzaban imponentes, siendo similar a las velas japonesas; coloque mi bolso cruzado a mi pecho y la gente se abría mientras yo pasaba. Podía escuchar los murmullos, mientas los Adjumtuý me escoltaban hacía la residencia de mi chopeí’i; él pertenecía a la realeza pero era el tercer hijo del chopeí´i Marton, así que no sería gobernante, pero los canticos determinaron muchas cosas en la vida de chopeí’i Lucius, e incluso, indicaron mi entrenamiento.
-Tyapony ongmoxy(1)…-me indica un letargo, pero seguí mi rumbo y paso a su lado; no tenía tiempo para perder con un superior siendo que mi chopeí´i me esperaba. Cruce la primera fila de Adjumtuý que resguardaba  fuera de la residencia, los blizur estaban con sus chopeí’i dentro;no se como tratar a los de mis clases, y ellos no saben como tratar conmigo, estuve muy poco tiempo en Ziruz y solo vi a mi chopeí´i dos veces en mi vida; el único contacto continuo fue mi kansey y aun así solo me acompaño hasta mi treceavo año, cuando tuve que quitarle el corazón para dárselo a la tierra, cuando supo que ya no servía más como un Adjumtuý.Las puertas de la residencia, de 8 pisos, que se alzaba como una maravilla arquitectónica, completamente pintada de negro, indicando el color del mes de nacimiento de los chopeí’i que ahí residen; las formas no era lo importante, los habitantes de Ziruz, no se dedican a ese tipo de ornamentos en las casas, como los países europeos, sino que se vuelcan a los contractes que se puede formar con la luz del sol o la luna en las paredes. Por eso los arcos, las columnas y hasta los mismo cimientos, se desplegaban de tal manera que siempre indicase la grandiosidad del Imperio Ziruz antes las demás potencias; no somos un país con gran territorio, pero todos recurren a nosotros con tal de obtener alguna de nuestras hiervas, piedras, curiosidad por nuestras rarezas o un Adjumtuý, que puede aplastar un regimientos en cuestión de días.
Subí las escalinatas circulares, y algunos sirvientes, se abrieron a mi paso, mientras que la mirada de muchos chopeí’i y sus blizur se enfocaban en mí. Las mesas estaban al costado, así el centro se usaba para luchas o bailes, según sea el entretenimiento de la noche; seguí hasta que llegue a la mesa principal, lo supe por el color rojo del mantel, y vi por segunda vez en mi vida al Chopeí’i Marton, el regente de Ziruz.  Me detuve a unos cinco metros y baje mi cabeza, arrodillándome, en espera de su decisión. Trate de no pensar nada, no era conveniente que lo hiciera, el castigo sería impartido y mi chopeí’i  no estaría complacido en verme, así que procure en trazar el viaje a Inglaterra, para hacerlo más eficiente, por más que aun faltase dos meses para marcharnos.- si que has crecido BlizurAtielo….-informo con un deje de alegría en su voz, casi podía asegurar que frunció la nariz, mi ropa estaba apestosa, hacía tiempo desde que me había bañado por última vez.-…llegaste tarde…-me indico, sin cambiar su tono; muy pocas personas podían saber lo que el regente podía pensar, era un hombre pragmático en muchos sentidos.- dime….blizur Omanto…-demando a su blizur, que estaba a su izquierda.- ¿Cuál sería el castigo para este tipo de situaciones?- él lo sabía, era parte de sus responsabilidad saberlo, pero quería que cada blizur lo escuchara.
-si el chopeí’i se siente agraviado, la muerte…-quise suspirar, pero mantuve la calma, lo que mi chopeí’i indique será hecho, eso me habían enseñado. Una risa divertida, la de una mujer, interrumpió.
-pero a  Lucius ni siquiera le importa…-indico y seguí con el piso, que estaba magníficamente tallado indicando los años lunares juntos a sus soles.
-de ser así, chopeí’i Amatista…-me entere que era la hermana de mi chopeí´i – solo aplicaremos una leve sanción…treinta azotes con piel de avestruz…-y sin hacer ruido, sentí a dos Adjumtuý a  mi lado.- cuando termines, ve a buscar a tu chopeí´i…- asentí y me despedí, después de una reverencia de la familia regente.
Me dirigí directamente a la zona de entretenimiento, muy similar a lo que los romanos utilizaban para entrenar a sus gladiadores; y me quite mi bolso, depositándolo a un costado y me quite mi saco, descubriendo mi armadura de piel de elefante reforzada con especia del mar Centurial. Quite la parte de trasera, dejando la caer al piso, sin quitar mi bozal, manteniendo tapado mi rostro, aferre mis manos a un tronco parado, reposando mi frente en espera.- wojzgütu ti kelhonü (2), blizur…-me dijo el Adjumtuý, y fruncí mi ceño, entendiendo que había Adjumtuý ignorantes.
-panonu umdoj wilzyry(3)- le indico otro Adjumtuý, escuche resoplar al receptor, antes de sentir el primer latigazo ardiendo mi piel. Dolía, pero no tenía nada de horrendo, sé lo que se siente que una flecha roce la piel, y eso es más doloroso,  más si la punta es recubierta por diamante afrontis. Conté interiormente, esperando que pase rápidamente, y mi cuerpo quería temblar pero mantuve mi posición rígida, un Adjumtuý no se queja, y mucho menos un blizur. La piel estaba más sensible a cada latigazo, que quería derrumbarme, así que apreté los dientes y espere que todo terminará; hice apego a lo aprendido y deje que mi mente viaje al fantástico mundo de Rusia, creo que ese fue el único lugar que en si me sentía a gusto…algo fantástico pasaba tras cada paisaje, ese lugar fue donde….conté el latigazo numero treinta, cuando sentí que el Adjumtuý, alzo la mano nuevamente para darme otro latigazo; automáticamente me di vuelta para sostener el látigo cuando llego a mi, no hirió profundamente mi brazo, ya que se enrosco fuertemente cortando mi circulación. Él se sorprendió, cuando el otro adjumtuý, le arrebato el látigo de la mano, irritado.-usegufo ti kelhonü (4)…
Solté el látigo, y no trate de no estirar mi espalda, sería más doloroso de esa manera, ya de por si quemaba por las lastimaduras. Lo bueno de la piel de avestruz es que no hace sangrar la piel, pero causa el mismo dolor que un látigo de cuero normal, es utilizado para disciplinar pero no cortar la piel, así el Adjumtuý puede desempeñarse sin problemas de infección, aunque el dolor es el mismo. Tome mis cosas y me marche a un establo, para colocar mi bolso y arreglar mi vestimenta, al acto, fui en busca de mi chopeí’i. Realmente no sabía bien como luce, solo lo vi dos veces y la segunda vez solo recuerdo sus gritos desesperados, así que estaba en un ligero predicamento. Camine rodeando el parque fuera de la residencia negra; él no estaba dentro, porque o sino me lo hubieran indicado otros Adjumtuý, por las cartas de los letargos sé que tiene la tendencia de desaparecer en el bosque o intentar huir a la protección de la escolta Adjumtuý, por ese motivo nosotros los Blizur o protectores, sería la traducción más acertada, somos imprescindibles para los chopeí’i  o destinados, ya que somos sus sombras hasta el fin de sus vidas o las nuestras, nacemos, crecemos y morimos por ellos, nada más. Las guerras nos son indiferentes, solo tenemos un objetivo, cuidar a nuestros chopeí’i.
Me detuve al lado de un árbol procurando no apoyar mi espalda, el dolor palpitante seguiría al menos dos días más, y espere a que decidiera bajar de la rama, encima de mí. Escuche como resoplo fastidiado, para luego caer directamente al piso con gracia, y levante mi cabeza para enfrentar a mi chopeí’i Lucius. Sus ojos violetas, aun cuando la noche estaba presentándose, perforaba mi cabeza.
-¿Quién demonios dijo que regresaras?- acoto con odio y levanto un fusil hacía mi, apuntándome.



*Tier: animal.
(1) tyapony ongmoxy: llegaste tarde.
(2)wojzgütu ti kelhonü: comienza a contar.
(3) panonu umdoj wilzyry: esta bajo antre- parte del código-
(4) usegufo ti kelhonü: aprende a contar.

8 comentarios:

  1. me encanto
    al principio me quede como what?
    pero promete mucho espero el siguiente

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. hola...te quería preguntar...conoces a alquien que sepa sobre blog..la verdad es que no se como acomodarlo para que no este todo tan desordenado..gracias por leer beso

      Eliminar
  2. hola buen dia
    me podrias mandar tu libro es estado leyendo tus historias en fanfiction y me han gustado tu blog tambien es muy bueno saludos desde merida, yucatan,mexico

    ResponderEliminar
  3. Hola no tuve ningun problema para descargar el libro, estaba esperando para leer tu historia cuando termine te comento que me parecio, solo te felicito por adelantado por haberlo hecho(escribir tu libro).

    Por si alguien te pregunta tiene que pinchar sobre el nombre del libro ahi descarga como .docx

    Angie

    ResponderEliminar
  4. >Hola te estaba leyedo en fancition y me encanataron tus historias, especialmente Dias de Escuela, y ahi me entere de qu etenias un libro porfa facilitamelo para poder opinar aunque desde ya se que va estar buenisimo.

    Ah! por cierto continua con Dias de Escuela....creo que es mi favorita.

    Mi mail: blankita_pia@yahoo.es

    ResponderEliminar