PRIMER CAPÍTULO
ADJUMTUÝ
Una vez
escuche, en virtud del espíritu que dejo la revolución plebeya en el ahora
conocida Republica Francesa,que lo que determina a un hombre son los actos y
como defienden sus ideales, pero ¿Tengo ideales? ¿Tengo convicciones? Y si no
los tengo ¿me hace menos persona que los demás? Todo lo que sé es lo que me
enseñaron, es parte de la crianza y de lo necesario para sobrevivir cada día,
porque esto es lo que soy y jamás me lo plantee de otra manera. Cumplo
automáticamente cada función asignada, con la mayor prontitud y excelencia, la
equivocación no es tolerada, no por el castigo, aunque no sería prudente
manejar una espada con dos dedos menos o escuchar los pasos del enemigo sin una
oreja, y eso solo sucede cuando el castigo es leve; pero no puedo fallar, no lo
podría tolerar, no solo porque me lo enseñaron de esa manera sino también
porque implicaría la muerte de mi chopeí’i.
Jamás pregunte a ningún otroblizur si les importaba la muerte de su chopeí’i, habíamos nacidos para cuidarlos,
protegerlos hasta la muerte, pero aun así, no sé si a alguno realmente le
afectaba la muerte de ese ser que tenemos que cuidar. El mundo no cambio a lo
largo de los siglos, las herramientas, las costumbres, los pensamientos se
desarrollan pero la esencia sigue ahí, no se altera, todo se disfraza pero la
verdad sigue bajo cada mascara, así uno puede predecir como todo se
desarrollara, no es difícil solo hay que prestar atención y atender a lo
verdadero, lo que se encuentra bajo la superficie. Pero nosotros no cambiamos, los
Adjumtuý no podemos cambiar, seguimos
combatiendo en las mismas armas, apenas siendo modificadas a lo largo de los
años, sumamos otras pero lo que algunos pueden considerar primitivo nosotros lo
denominamos efectivo.
No importa
la malla o escudo que lleve un contrincante, cuando se coloca al frente,
mirándolo directamente a los ojos, una cuchilla atravesada en el muslo, después
de girarla para destruir la arteria, es más eficiente que cualquier otra cosa,
las proyectiles toman más tiempo y son tan ruidosas que atraen la atención de personas molestas. Por lo que lo primitivo
es lo fundamental si sabes como manejarlo. Una vez indicaron que mi mente esanalítica,
no supe si tomarlo como un elogio o un agravio, al tiempo entendí que era
solamente la realidad, aunque a un letergo
no le gusto y lo intuí al instante, esa misma noche fue en busca de
mi cabeza. Aun no lo comprendo, tal vez se veía amenazado por algún motivo, por
más que yo tuviese un chopeí’i y eso me quitaba cualquier posibilidad de
tomar su puesto en el futuro; tuve que cortarle la lengua para que no gritará
mientras apuñalaba 37 veces en su pecho, con los Adjumtuý hay que ser precavidos, porque yo lucharía hasta más allá
de la muerte, no sé nada mejor que luchar, ninguno de nosotros sabe nada más.
Muchas civilizaciones creen que los Adjumtuý
somos ignorantes y tenemos caras deformes, no sé si tengo rostro deforme,
hace rato que no lo veo, es parte de mi penitencia, además de no hablar, hace 2548
días que no he dicho ni una palabra en voz alta. Por más que los sables
perforen mi piel y las balas atreviesen mi cuerpo no puedo gritar, mi código no
me lo permite, tengo que aferrarme a mi sentencia hasta que se de por concluida.
E incluso en el imperio Germánico nos llaman Tier*, porque nos alimentamos, en
ocasiones, de carroña como los animales; la opción sería alimentarnos de otros
seres humanos, por lo que hay que optar por la carroña.
Volviendo
al tema de los chopeí’i , cada uno
conoce al suyo desde el mismo momento que se nace, yo por mi parte, tuve que
esperar tres años hasta que naciera mi chopeí’i,
los cantadores lo avecinaron de esa
manera pero fue extraño un Blizursin
nadie a quien proteger. Lo positivo es que cuando me presentaron a mi chopeí´i ya tenía conciencia para aceptarlo, no fue
necesario que fuésemos criados juntos, pero por algún motivo mi entrenamiento
fue acelerado; de esta forma, en el cuarto año de mi nacimiento, me encerraron
en las mazmorras podridas de la provincia de Danne, para que aprendiera a
sobrevivir entre las ratas. Hasta mi decimo año solo había visto dos veces a mi
chopeí’i , y lo sucedido en nuestro
ultimo encuentro fue lo que ocasionó mi sentencia. Otro contrapunto con los demásBlizur, aparte de que soy más grande de
edad, yo no desarrolle una unión con el chopeí’i
, de todas formas tuve que focalizarme en lo importante, aprender y adaptarme a
cada situación hasta que tuviese que ocupar mi lugar. De hecho, el kansey que me superviso mi enseñanza se
dio cuenta de algunas falencias, las cuales, no podían ser solucionadas sin romper
el código; solo el chopeí’i puede
ordenarme romperlo, pero no veo el interés para que lo haga, de todas formas no
pueden afectarle mis fallas.
A partir de
mi onceavo año, tuve que marchar al frente, otros países nos consideran
mercenarios cuando somos jóvenes o nos encontramos sin un chopeí’ia proteger, ya que somos vendidos al mejor postor por un
tiempo; viaje al nuevo continente para formarme, destripando indios. Estuve ahí
por menos de dos años, cuando fue necesario ir hacía la india para desempeñar
mi rol para apaciguar a las colonias, de todo mi entrenamiento lo que realmente
me sorprendió fue Japón, ahí aprendí lo que jamás pude imaginar y aun conservo.
Por eso considero que los Adjumtuý no
somos ignorantes, es necesario prever cada mecanismo de defensa, ideando otros,
porque todos luchan con sus armas alrededor del mundo, pero esta en cada ser
humano la impronta de sobrevivir y es algo que es difícil de destruir; además
tenemos que manejar distintos idiomas y respetar cada estilo de vida. Nuestros atuendos
son los que dan la impresión de sanguinarios y primitivos; cada uniforme esta
conformado por un gran saco que llega hasta los pies, con cuello alto cerrado
al frente, armadura de metal a la altura de la espalda que es sostenida por
ganchos al nivel de los hombros, dando la sensación de que somos más grande de
lo que realmente somos. Aparte de los sombreros de tres puntas, tenemos un
bozal en la boca, con puntas de metal hacía afuera y adentro para aislar los
malos espíritus que puedan contaminarnos del exterior o nosotros queramos
atraer; los zapatos son de metal en el talón que puede cortar mejor que una
hoja afilada, y esta recubierto con piel de caballo (es más dura y resistente),
yo preferí usar piel de búfalo ¡que hermoso espécimen! Pensé que era algún tipo
de demonio cuando lo vi por primera vez, y sabía que me ayudaría a proteger mis
pies en la nieve.
Cada
momento de nuestros días esta destinado a instruirnos, no solo en la guerra
sino también en asistir a los chopeí’i, sé
exactamente lo que le agrada y desagrada, además de como ayudarlos desde el
alba hasta la penumbra. Es imperante que nos manejemos con el mayor disimulo
ante ellos, para que se acostumbren a nuestra presencia, y así no entorpecer su
labor; hace unos años, en Sevilla, vi al chopeí’i
Oclates junto a su blizur, fue
una experiencia desconcertante al ver como interactuaban, como si hubiese algún
tipo de amistad…esa misma noche fui a la recamara del chopeí’i Oclates y le encontré teniendo relaciones sexuales con su blizur. Tuve que partir al instante, no quería un enfrentamiento con el blizur, que si se dio cuenta de mi
presencia; no es recomendable matar a un Adjumtuý
cuando esta con su chopeí’i, me
podría costar mi pierna derecha en un juicio. Ese día entendí que muchos chopeí’i utilizan a su blizur no solo para facilitar su vida,
además de protección, sino también con propósitos menos loables; de todas
formas, no era un tema de mi incumbencia
y puedo afirmar con suma seguridad, que mi chopeí’i
jamás me pedirá que realice tal
acción para él, porque mi chopeí’i me
detesta.
Era el
cuarto mes de viaje, tenía que estar presente al cumpleaños número 17 de mi chopeí’i,sus estudios universitarios se
habían aplazado un año, los cantores junto
a la Regencia así lo habían establecido; por lo que pude enterarme había una
gran expectativa alrededor de mi chopeí’i,
muchas irregularidades desde su nacimiento lo rodeaban, y eso implicaba
también muchos peligros. Los canticos,
como la tradición lo marca,serían conocidos el día que esta se cumpliese, así que
estaba a ciegas, mi deber era proteger a mi chopeí’i
y entendí la frustración de muchos Adjumtuý,
y en especial, los blizur como yo. La
tormenta que toco el océano Índico atraso 3 semanas mi llegada por lo que no
podría ayudar en los preparativos en la celebración. El castigo por mi retraso
sería grande, pero no implicaría ninguna amputación, no cuando mi chopeí’i necesita su escolta lista y
completa antes de viajar a Inglaterra para comenzar sus estudios. Aun después de dos meses en la misma embarcación,
ningún tripulante se me acercaba, incluso entre la población de Ziruz, los Adjumtuý, especialmente los blizur como yo, somos temidos….tienen
razón de temernos. Se alzaba el sol en el oriente cuando llegue al puerto,
sería un viaje de día y medio que tendría que realizarlo en menos de 13 horas.
El barco estaba anclando, y cerré los ojos, trazando en mi mente el camino a
seguir; la última vez que estuve en Ziruz fue hace 7 años, y aun podía recordar
cada llanura y montaña. Tenía que esquivar el lago de Mortrita, las espinas que
le rodeaban eran muy grandes y podían lastimar al caballo, entorpeciendo todo
el viaje; las montañas de Roprinto estaba descartadas, así que me tenía que
arriesgar con las arenas de Alentio, solo esperaría que el suelo no se trague
al caballo ni a mí.
Alguien
tosió a un costado mío, y tuve que enfocarme en el capitán, que sudaba por más
que el clima estuviese helando.-llegamos…-me pare y él, automáticamente,
respingo ligeramente, temeroso. Cada tripulante se alejaba a medida que pasaba,
tome mi bolso de piel de mandril, y descendí, ante los ojos impresionados de la
gente que estaba en el puerto; los comerciantes estaban abriendo las puertas y
al notar mi presencia, dudaban si cerrar las puertas asustados. No estudie a
nadie en particular, pero aun así vigile el terreno, hasta que encontré
cerca de una florista el objetivo, fue
rápidamente hacía ahí, y la gente comenzó a gritar espantada.
El hombre palideció y se protegió tras sus
brazos, chillando como un niño.-¡no me mates! ¡Por favor!¡no me mates!...-los
soldados presentes, aun cuando algunos eran de otros reinos, no se atrevieron a
interceder, muy pocos se atreven a pelear con un Adjumtuý. Me detuve, e ignore los gritos del cobarde, para tomar
las correas del caballo que estaba atado tomando agua a su lado; deje mi bolso
en el piso embarrado y levante la pata del animal para estudiarlas. No tenía
callosidades sangrantes y las herraduras estaban bien colocadas, revise las
patas traseras y verifique que la yegua no estuviese embarazada, pueden ser
lentas cuando lo están.- no es mio el caballo….-murmuro asustado el hombre y
quite algunas correas de la silla, mucho peso me retrasaría.-…es de mi patrón…-me
cerciore que no tuviese problemas en el rostro, si tenía algún tipo de
infección moriría en menos de 9 horas.-…¿Qué le digo a…-tome tres monedas de
hora del Imperio de Francés, con el rostro de Josefina marcado, y lo tire hacía
el hombre. Me monte rápidamente al caballo, y fue ahí cuando note el entusiasmo
del hombre, esas monedas equivalían el valor de seis caballos.- ¿Qué harás con
el caballo?- me pregunto y creo que tenía miedo por el destino del animal;
muchos creen que comemos animales vivos también. Pase mi mano hacía dentro de
mi saco para llegar a mi cinturón y tome el fusil. Ante su horror, apunte a la
cabeza del animal, no puedo hablar pero así se entero que el espécimen moriría
tan pronto como termine de usarlo. Di
impulso a las riendas mientras apretaba mis piernas a sus costados, dominando a
la yegua y comenzó a cabalgar rápidamente; moriría de cansancio el animal, ya
que tenía que llegar a la celebración de mi chopeí’i
y pagaría las consecuencias de mi
retraso.
La lluvia
comenzó a caer rápidamente,mientras que el sol ya debía estar alto en el cielo,
el animal quería descansar pero apretaba mis botas a sus costados sin cortarle
con la punta filosa, pero que sienta el dolor y siga galopando rápidamente. El
bosque de Contia no había cambiado en nada, algunas chozas valientes se había
alzado entre medio de los arboles, pero eso indicaba que había gente que
deseaba la muerte entre medio de los animales feroces y hambrientos; incluso a
los Adjumtuý se nos hace difícil
adentrarse a estos bosques, no por los peligros, sino porque el bosque murmura,
como una sirena, para perderse y obviar el tiempo, y así morir de hambre. Rodee
los senderos de Ambrusia, no quería que el animal se lastime ante las trampas
de los fugitivos o ladrones, los mataría rápidamente a todos, pero no podía
atrasarme, no cuando el castigo tenía que ser dado y así ocupar mi posición
como Blizur de Chopeí’i
Lucius.
A la altura
de las arenas de Alentio, el animal quiso tirarse al piso, su respiración era
agitada y su cuerpo ardía por la fiebre y el cansancio, sumándosele la lluvia
junto al clima helado. Por lo que saque de mi cinturón el cuchillo y corte una porción de su oreja,
dejando que la sangre fluya; es conocido por todos que no hay nada mejor para
un moribundo que la sangre de un ser destinado a morir, me incline hacía un
costado, sosteniéndome de sus pelos, y
pase la sangre por sus labios. Se recupero a los instantes, y tuve que
hacer un torniquete en su oreja para que no se desangrara, primero tenía que
llevarme a Mayur, después podía morir si así lo quería. El atardecer estaba
acabando, y podía sentir la bilis en mi garganta, los nervios me estaban
llenando, no hay peor ofensa para un chopeí’i
que su propio blizur no este
presente cuando así se lo disponga. A lo lejos vi las pequeñas casas que
rodeaban la fortificación de Mayur; el animal se tambaleo, quemaba bajo de mi
su piel, así que presione mis botas y sentí como desgarro su piel, y siguió galopeando rápidamente.
A medida
que pasaba percibí como la gente me miraba impresionados, todos lo sabían, hoy
regresaría el blizur del Chopeí’i Lucius; el cielo estaba
despejado, la lluvia había parado a la altura del arco de Solozon, pero aun así toda mi ropa estaba mojada.
Desde la torre septentrional vieron mi llegada y la puerta de rocas volcánicas,
se abrió ante mí; el animal no aguanto más, y me tire hacía un costado mientras
esta caía rendida a un costado relinchando agotado. Algunos guardias junto a
unos 3 Adjumtuýse me aproximaron y
saque mi fusil, sin fijarme dispare a la cabeza del animal y seguí mi camino.
Las luces en la plaza central se alzaban imponentes, siendo similar a las velas
japonesas; coloque mi bolso cruzado a mi pecho y la gente se abría mientras yo
pasaba. Podía escuchar los murmullos, mientas los Adjumtuý me escoltaban hacía la residencia de mi chopeí’i; él pertenecía a la realeza
pero era el tercer hijo del chopeí´i Marton,
así que no sería gobernante, pero los canticos
determinaron muchas cosas en la vida de chopeí’i
Lucius, e incluso, indicaron mi entrenamiento.
-Tyapony
ongmoxy(1)…-me indica un letargo, pero
seguí mi rumbo y paso a su lado; no tenía tiempo para perder con un superior
siendo que mi chopeí´i me esperaba.
Cruce la primera fila de Adjumtuý que
resguardaba fuera de la residencia, los blizur estaban con sus chopeí’i dentro;no se como tratar a los
de mis clases, y ellos no saben como tratar conmigo, estuve muy poco tiempo en
Ziruz y solo vi a mi chopeí´i dos
veces en mi vida; el único contacto continuo fue mi kansey y aun así solo me acompaño hasta mi treceavo año, cuando
tuve que quitarle el corazón para dárselo a la tierra, cuando supo que ya no
servía más como un Adjumtuý.Las
puertas de la residencia, de 8 pisos, que se alzaba como una maravilla
arquitectónica, completamente pintada de negro, indicando el color del mes de
nacimiento de los chopeí’i que ahí
residen; las formas no era lo importante, los habitantes de Ziruz, no se
dedican a ese tipo de ornamentos en las casas, como los países europeos, sino
que se vuelcan a los contractes que se puede formar con la luz del sol o la
luna en las paredes. Por eso los arcos, las columnas y hasta los mismo
cimientos, se desplegaban de tal manera que siempre indicase la grandiosidad
del Imperio Ziruz antes las demás potencias; no somos un país con gran
territorio, pero todos recurren a nosotros con tal de obtener alguna de
nuestras hiervas, piedras, curiosidad por nuestras rarezas o un Adjumtuý, que puede aplastar un
regimientos en cuestión de días.
Subí las
escalinatas circulares, y algunos sirvientes, se abrieron a mi paso, mientras
que la mirada de muchos chopeí’i y
sus blizur se enfocaban en mí. Las
mesas estaban al costado, así el centro se usaba para luchas o bailes, según
sea el entretenimiento de la noche; seguí hasta que llegue a la mesa principal,
lo supe por el color rojo del mantel, y vi por segunda vez en mi vida al Chopeí’i Marton, el regente de
Ziruz. Me detuve a unos cinco metros y
baje mi cabeza, arrodillándome, en espera de su decisión. Trate de no pensar
nada, no era conveniente que lo hiciera, el castigo sería impartido y mi chopeí’i no estaría complacido en verme, así que
procure en trazar el viaje a Inglaterra, para hacerlo más eficiente, por más
que aun faltase dos meses para marcharnos.- si que has crecido BlizurAtielo….-informo con un deje de
alegría en su voz, casi podía asegurar que frunció la nariz, mi ropa estaba
apestosa, hacía tiempo desde que me había bañado por última vez.-…llegaste
tarde…-me indico, sin cambiar su tono; muy pocas personas podían saber lo que el
regente podía pensar, era un hombre pragmático en muchos sentidos.- dime….blizur Omanto…-demando a su blizur, que estaba a su izquierda.-
¿Cuál sería el castigo para este tipo de situaciones?- él lo sabía, era parte
de sus responsabilidad saberlo, pero quería que cada blizur lo escuchara.
-si el chopeí’i se siente agraviado, la
muerte…-quise suspirar, pero mantuve la calma, lo que mi chopeí’i indique será hecho, eso me habían enseñado. Una risa
divertida, la de una mujer, interrumpió.
-pero
a Lucius ni siquiera le importa…-indico
y seguí con el piso, que estaba magníficamente tallado indicando los años
lunares juntos a sus soles.
-de ser
así, chopeí’i Amatista…-me entere que
era la hermana de mi chopeí´i – solo
aplicaremos una leve sanción…treinta azotes con piel de avestruz…-y sin hacer
ruido, sentí a dos Adjumtuý a mi lado.- cuando termines, ve a buscar a tu chopeí´i…- asentí y me despedí, después
de una reverencia de la familia regente.
Me dirigí
directamente a la zona de entretenimiento, muy similar a lo que los romanos
utilizaban para entrenar a sus gladiadores; y me quite mi bolso, depositándolo
a un costado y me quite mi saco, descubriendo mi armadura de piel de elefante
reforzada con especia del mar Centurial. Quite la parte de trasera, dejando la caer
al piso, sin quitar mi bozal, manteniendo tapado mi rostro, aferre mis manos a
un tronco parado, reposando mi frente en espera.- wojzgütu ti kelhonü (2), blizur…-me dijo el Adjumtuý, y fruncí mi ceño, entendiendo que había Adjumtuý ignorantes.
-panonu
umdoj wilzyry(3)- le indico otro Adjumtuý,
escuche resoplar al receptor, antes de sentir el primer latigazo ardiendo mi
piel. Dolía, pero no tenía nada de horrendo, sé lo que se siente que una flecha
roce la piel, y eso es más doloroso, más
si la punta es recubierta por diamante afrontis. Conté interiormente, esperando
que pase rápidamente, y mi cuerpo quería temblar pero mantuve mi posición
rígida, un Adjumtuý no se queja, y
mucho menos un blizur. La piel estaba
más sensible a cada latigazo, que quería derrumbarme, así que apreté los
dientes y espere que todo terminará; hice apego a lo aprendido y deje que mi
mente viaje al fantástico mundo de Rusia, creo que ese fue el único lugar que
en si me sentía a gusto…algo fantástico pasaba tras cada paisaje, ese lugar fue
donde….conté el latigazo numero treinta, cuando sentí que el Adjumtuý, alzo la mano nuevamente para
darme otro latigazo; automáticamente me di vuelta para sostener el látigo
cuando llego a mi, no hirió profundamente mi brazo, ya que se enrosco
fuertemente cortando mi circulación. Él se sorprendió, cuando el otro adjumtuý, le arrebato el látigo de la
mano, irritado.-usegufo ti kelhonü (4)…
Solté el
látigo, y no trate de no estirar mi espalda, sería más doloroso de esa manera,
ya de por si quemaba por las lastimaduras. Lo bueno de la piel de avestruz es
que no hace sangrar la piel, pero causa el mismo dolor que un látigo de cuero
normal, es utilizado para disciplinar pero no cortar la piel, así el Adjumtuý puede desempeñarse sin
problemas de infección, aunque el dolor es el mismo. Tome mis cosas y me marche
a un establo, para colocar mi bolso y arreglar mi vestimenta, al acto, fui en
busca de mi chopeí’i. Realmente no
sabía bien como luce, solo lo vi dos veces y la segunda vez solo recuerdo sus
gritos desesperados, así que estaba en un ligero predicamento. Camine rodeando
el parque fuera de la residencia negra; él no estaba dentro, porque o sino me
lo hubieran indicado otros Adjumtuý,
por las cartas de los letargos sé que
tiene la tendencia de desaparecer en el bosque o intentar huir a la protección
de la escolta Adjumtuý, por ese
motivo nosotros los Blizur o protectores,
sería la traducción más acertada, somos imprescindibles para los chopeí’i
o destinados, ya que somos sus sombras hasta el fin de sus vidas o
las nuestras, nacemos, crecemos y morimos por ellos, nada más. Las guerras nos
son indiferentes, solo tenemos un objetivo, cuidar a nuestros chopeí’i.
Me detuve
al lado de un árbol procurando no apoyar mi espalda, el dolor palpitante
seguiría al menos dos días más, y espere a que decidiera bajar de la rama,
encima de mí. Escuche como resoplo fastidiado, para luego caer directamente al
piso con gracia, y levante mi cabeza para enfrentar a mi chopeí’i Lucius. Sus ojos violetas, aun cuando la noche estaba
presentándose, perforaba mi cabeza.
-¿Quién
demonios dijo que regresaras?- acoto con odio y levanto un fusil hacía mi,
apuntándome.
*Tier:
animal.
(1) tyapony
ongmoxy: llegaste tarde.
(2)wojzgütu
ti kelhonü: comienza a contar.
(3) panonu
umdoj wilzyry: esta bajo antre- parte del
código-
(4) usegufo
ti kelhonü: aprende a contar.
me encanto
ResponderEliminaral principio me quede como what?
pero promete mucho espero el siguiente
hola...te quería preguntar...conoces a alquien que sepa sobre blog..la verdad es que no se como acomodarlo para que no este todo tan desordenado..gracias por leer beso
Eliminarhola buen dia
ResponderEliminarme podrias mandar tu libro es estado leyendo tus historias en fanfiction y me han gustado tu blog tambien es muy bueno saludos desde merida, yucatan,mexico
hola!!!me podrías pasra el mail...gracias
Eliminaryuli_1326@msn.com
Eliminaryuli_1326@msn.com
ResponderEliminarHola no tuve ningun problema para descargar el libro, estaba esperando para leer tu historia cuando termine te comento que me parecio, solo te felicito por adelantado por haberlo hecho(escribir tu libro).
ResponderEliminarPor si alguien te pregunta tiene que pinchar sobre el nombre del libro ahi descarga como .docx
Angie
>Hola te estaba leyedo en fancition y me encanataron tus historias, especialmente Dias de Escuela, y ahi me entere de qu etenias un libro porfa facilitamelo para poder opinar aunque desde ya se que va estar buenisimo.
ResponderEliminarAh! por cierto continua con Dias de Escuela....creo que es mi favorita.
Mi mail: blankita_pia@yahoo.es