CHOPEÍ’I
Kelxocajkomocowomog:
yofhumocogocogüfowuxublizurpanonogfonokoxoroñosogojuvuxkoqsogiñozogüonuwakonoxogokkelosoyoñomuqogtokomogojogfoigojogchopeí’i;
poñkeloruqogloqokiñogyefranon ya ükel, uvapanonogoyvokoxusokikoyogoxoñopopoxogqogluxorogadmegjokoqürogonogonukoqchopeí’iwañogü
pan kogwakmañognogoloñogkoglaonaxuyefranonqogblizurwañogüuxoñogüzog ya
tokomogojoggorohuypanonowilasoñojuyogoxogkelorovoqokozogoxlogosonoñokel.
Sogojog pan rogoysogonaxogoqkoqchopeí’iyefranon ya blizur.(°)
(°)(Código: El nacimiento de cada blizur esta determinado por la
iluminación que trae consigo la llegada de cada chopeí’i; así como la flecha y
su arco, opuestas pero necesarias para la formación del arma, tanto el chopeí’i
quien es el que guía hacía el futuro y el blizur quien orienta su llegada,
ambos están unidos para completar el cantico. Nada es más natural que el
chopeí’i y su blizur.)
Espere la decisión de mi Chopeí’i, tanto mi
nacimiento como mi muerte estaba destinada a lanecesidad de él, nada más simple
y básico, su arma estaba cargada, tenía huellas de pólvora en la punta del
cañón; me concentre en él, era extraño ver como los años había cambiado su
complexión, había pasado de ser un niño afeminado a ser un joven alto y
facciones duras. Su mentón se endureció mientras que calculaba el rango de
alcance del proyectil y como la sangre salpicaría alrededor, o eso creo, yo lo
haría. Sus fosas nasales se abrieron mientras que respiraba con dificultad y
espere a que disparará, creo que esto sería gracioso para Sir Robert McConnall,
sobrevivir durante muchos años para luego morir bajo la mano del ser que debía
proteger, no entiendo mucho sobre humoradas pero si tiene su pizca de jocosidad.
La luna se estaba presentando maravillosa en el cielo, y de pronto, Chopeí’i
Lucius se quejo en voz alta, dejando caer el arma a un costado, exasperado.- al
menos defiéndete, desperdicio…-grito, inmediatamente aspirando profundamente.
Trate de comprender a lo que se refería, pero aun así no tenía sentido, tal vez
en su mente superior si lo tenía, y procure no demostrar mi desconcierto. Se
giro y miro hacía donde provenían las luces de la casa, y pude apreciar como
cada parte se iluminaba ante la luna y como cada cosa es predestinada, como mi
nacimiento y la protección de mi Chopeí’i, y cada luz y cada ángulo de la casa
marcaba la grandiosidad de Ziruz.-…no entiendo porque no te moriste,
Atielo…-murmuro bajamente, creo que para no oyera, pero lo capte perfectamente,
más que nada porque como cualquier Adjumtuý
puedo leer los labios.
Se apoyó
sobre el tronco del árbol, y supe automáticamente que estaba molesto por algún
motivo, no solo por mi presencia, su mente estaba proyectando algo que me
tensiono; miro de reojo hacía mí, y frunció su nariz asqueado. Baje mi mirada,
cerré los ojos, y pude sentirlo, lejos
de nosotros pero observándonos; sería infructífero tratar de localizarlo, pero
estaba ahí, y no nos sacaba los ojos de encima. No sabía si pertenecía a la
guardia o algo más, entonces Chopeí’i Lucius aclaro su garganta.-…el viaje se adelantara,
partiremos en tres horas…-entonces me di cuenta que él también estaba
consciente que el peligro nos rodeaba. Sus cabellos parecían negros bajo la
luna, pero pude reconocer algunos mechones castaños que brillaban, Chopeí’i Lucius
siempre tuvo maneras, tanto en su cabello como sus facciones que demostraban debilidad,
su cabello claro lo demostraba. Conocí un par de hombres, como Sir Robert
McConnall que tenía el cabello tan rubio casi aparentando blancura, pero eran
fieros guerreros, aun así, considero que tiene los cabellos negros son
verdaderos hombres de fortaleza física; la mayoría de los esclavos y presos
tienen cabellos oscuros y los he visto levantar pesos que triplicaba el propio.
Mi cabello es negro como la noche en el desierto.-primero báñate, desperdicio,
no soportare tu olor más tiempo…-me ordeno, colocando su arma sobre su cinturón
y asentí, manteniendo mi distancia, para no disturbarlo con mi olor. Estudie su
figura, era alto, unos seis pies de alto o metro ochenta, según la regla de
medición utilizada, y su cabello estaba atado en una coleta con una cinta azul,
representando su posición como hijo del regente, aunque no era heredero directo
al trono, tendría un lugar importante no solo como miembro de la familia gobernante
sino también porque los canticos así lo
indicaron.
Rodeamos el
parque de flores, donde grandes laberintos naturales se formaban, no sería
problema encontrar la salida pero la superstición obligaba a cualquier
Adjumtuý a no acercarse, acarrearía la
perdida de los dedos del pie por tocar el piso santo de las almendras, no adecuado a los de mi
especie. El doctor Monte Agudo quiso examinarme, demostrar que no somos más que
seres humanos como cualquier otro, esta convencido que la majadería era lo que
potenciaba nuestras habilidades y la chusma era quien inculcaba creencias en
nosotros absolutamente infundadas; por supuesto, no deje que me examine, pero
sin palabras, no solo porque el código así me lo indica, sino también porque es
necesario demostrar con acciones lo que el necio no quiere ver, me corte con un
cuchillo la piel de mi brazo, y durante dos horas vio, asombrado, como la
herida se curaba rápidamente. La sangre Adjumtuý es la que impulsa mi corazón,
pero también es la que me da capacidades para resguardarme de los peligros que
pueden imposibilitar mi destino, por este simple motivo, además porque los
canticos han indicado mi muerte el mismo día de mi nacimiento, es que mi misma
sangre es la que facilita mi curación y me mantiene en condiciones para
desempeñar mi función. Detuve mi marcha,
lo sentí incluso antes de que aparecieran, y baje la mirada cuando el Chopeí’i
Morasto, el hermano menor de mi Chopeí’i Lucius, se aproximó junto a su blizur
y dos Adjumtuý encargados de su cuidado.
Chopeí’i Morasto cumpliría 8 años dentro de unos meses, y esta era la
primera vez que estaba en su presencia.
Corrió
hacía nosotros, riendo y me sorprendió cuando escuche la risa de otro niño a su
lado, quien pude identificar como su Blizur; algunos Chopeí’i tienen un vinculo
fuerte con su blizur, incluso, escuche de mi Kansey que el blizur llega a ser
el mejor amigo de su Chopeí’i, algo importante pero al mismo tiempo
perjudicial. No comprendí sus palabras, aun hoy en día, cada tanto trato de
analizarlas, pero aun así no tienen sentido alguno, es como si estuviesen
codificadas de alguna manera, creo que esa es una de mis más grandes falencias.
Me enfoque en la hierva, la briza la movía haciéndola bailar, esa es la
grandiosidad de Ziruz, cada parte de esta, incluso el mismo aire, invita a
vivir el mundo en su máxima expresión y belleza.- Lucius…-llamo a Chopeí’i
Lucius, y por lo que presentía, se abalanzo hacía sus brazos; y quien nos
estuviese observando, desde lo alto de alguna colina se desplazo hacía otro lado,
llamando la atención de los Adjumtuý; levante la cabeza cerrando los ojos, y
podía sentir como la sangre era potente, existía la posibilidad que fuese un
letergo.-¿él es tu Blizur?- por su tono sentí que estaba contrariado, fue
impresionante escuchar el corazón de su blizur latir con fuerza, podría jurar
que estaba…asustado. Mire hacía él, y lo encontré escondido tras chopeí’i Morasto, como si los deberes y el
código se hubiesen modificado, y ya no fuese responsable del bienestar de su
Chopeí’i; era un niño, casi de la misma estatura que Chopeí’i Morasto, pero
nada en su porte denotaba alguna fortaleza sino que la presencia de su Chopeí’i
era más fuerte, como si por sus venas corriera una veta guerrera y no en su
blizur.
Chopeí’i
Lucius no se giro hacía mi, sino que se quedo mirando hacía los Adjumtuý que
escoltaban a su hermano y blizur; agitando la cabeza, paso la mano por los
cabellos de su hermano, que cernía sus ojos verdes sobre mí, aferrando a su
tembloroso Blizur tras de él, tomando su mano, creo que en señal de que no se
moviera.-él es blizur Atielo…-informo, y pasando al lado de su hermano, tomo al
blizur entre sus brazos para alzarlo; trate de no fruncir el ceño, pero fracase
miserablemente, porque Chopeí’i Lucius trataba al blizur como un ser igualitario
a él.- y no te preocupes, Germánico, él no te hará daño…-le susurro al blizur
para tranquilizarlo, a lo que este asintió lentamente, sin estar muy
convencido. Empuje cada sensación de desconcierto lo más lejos que pudiera,
porque no se respetaba la regla, aunque el código no lo impone, pero si la
regla es clara, y aun así Chopeí’i Lucius no la respetaba; tratar a un blizur
como un igual era sorprendente pero no indicar su categoría y solo llamarlo por
su nombre era más que anormal. Tuve la tentación de hablar, incluso más que
cuando una lanza india atravesó mi estomago, pero me contuve no era mi deber
indicar la regla a nadie y mucho menos a mi Chopeí’i.
Los
adjumtuý siguieron a los chopeí’i y yo mantuve mi distancia, mi suciedad no
tenía que molestarlos.- ¿así me veré después de que vaya a la guerra?- demando
blizur Germánico tímidamente hacía mí, sin atreverse a mirarme.
-tu no iras
a la guerra…-vocifero emocionado Chopeí’i Morasto, a lo que Chopeí’i Lucius
dejo al blizur al piso, para ser abrazado por su Chopeí’i.- te lo dije muchas
veces, tu no te iras a ningún lado…-y dirigiéndose a su hermano, continuo.- no
voy a dejar que lo lleven a la guerra.- Chopeí’i Lucius sonrió por lo bajo y se
arrodillo para tomar al blizur entre sus brazos, separándolo de su Chopeí’i.
-todavía
hay tiempo para eso, y cuando llegue el momento no dejaré que te lleven ¿Qué
fue lo que te dije, Germánico?- le pregunto alegremente, y el blizur frunciendo
su ceño para luego sonreír, contesto.
-que tenga
fe, y que eres un hechicero poderoso, Lucius…que harás todo posible.- Chopeí’i
Lucius rio y beso su frente.
-no hay de
que preocuparse, yo me encargare de todo…además, nadie jamás se verá tan
horrible como blizur Atielo…-y los niños asintieron mientras reían, yendo hacía
un costado, donde estaban la parte de la caballería real; los adjumtuý estaban
por seguirlos, cuando Chopeí’i Lucius pronuncio.
-Ometo,
Penton…- sin acotar la regla llamo a los dos adjumtuý.-…doblen la seguridad, no
quiero que nada al azar ¿entendieron?- ellos asintieron y fueron tras el
Chopeí’i y su blizur.- desperdicio…-confirme que de ahora me llamaría de esa
manera y me concentre en él, sus ojos violetas estaban ligeramente vivaces,
pero no de buena manera, como si estuviese consciente que era lo que sucedería,
y no se intuía nada bueno.-tienes treinta minutos para asearte y nos
encontramos en el maizal rojizo.-se apuró y fue hacía donde se realizaba la
celebración.
Fui hacía
la zona de entrenamiento, para ir hacía el establo donde había dejado mi bolso
y antes de que pudiera descifrar donde podía bañarme, un letergo se me aproximo.-blizur Atielo…- tendría unos
50 años y por la ausencia de su mano derecha, supe que debía hacerse cargo de
abastecer a los Adjumtuý.-yueAdjumtuýXiomanon, Chopeí’iLuciusnosojoñokelwakzoñogüpanwakwoxokogoxüzokogoxogkoqboñogok
(1).-tome mi bolso y lo seguí hacía el edificio hecho con piedra de la arenas
de Alentio, resistente a cualquier ataque, donde residía la mayoría de los
Adjumtuý que protegían la ciudad de Mayur. Abrió la puerta y algunos Adjumtuý y
letergos, me estudiaron.-panuvokoogorokgowañ, blizurAtielo…(2)-me aviso letergoAdjumtuýXiomanon,
desapareciendo tras una cortina de paja en un costado, un adjumtuý paso al lado
mio, mientras que cruzaba sus brazos sobre su pecho. Creo que intento
intimidarme con su altura, un metro noventa o seis punto cinco, según la regla
de medición, y sus grandes músculos; mi estatura, aunque jamás me he medido,
ronda el metro sesenta o cinco punto tres, según la regla de medición, y creo
que lucía ridículamente comparado a él.
-¿zakoxokoykoqlogoruyublizurAtielo?(3)-
se mofo, y varios rieron- yokelomas puy xaruopanvokelosoyokelwakrokelojoñoxoñopgoqrokelosuyjuymokelonoxuy,
vokoxukeloxokeloykelosogosu (4)…-sobre su cinturón se mostraba un arma y sostenía
una espada con punta curva en su mano derecha. Colocándose enfrente mío levanto
su espada, apuntando a mi cuello.-…su pan
vuyoñohoqokelwakzayokelopkoqblizurfochopeí’iLuciusyefranonlogoloñoqoñopankoqlogosonoñokel.(5)-sentí
su envidia tras cada palabra, es algo que no lo llego a comprender pero si
puedo destacar cada sentimiento. Levante mi mano izquierda cruzando los tres
dedos del medio entre ellos, solicitándole que me indique si pertenecía a la
guardia real. Arrugo la boca en señal que ni siquiera era parte de la excelente
guardia, así que su muerte no era perjudicial para nadie. Por lo que tome moví
rápidamente con mi muñeca la espada a un costado, y antes de que pudiera
reaccionar, me abalance hacía delante, tomando con mi mano izquierda su muñeca
rompiéndola, antes de que pudiera gritar mientras que sus ojos se llenaban de
horror tome su espada y la abanique cortando su cabeza. El cuerpo cayo hacía
atrás, y logre sostener la cabeza entre mis manos, sujetándola desde los
cabellos; tire la cabeza hacía el grupo que estaba a mi derecha y saque entre
mis ropas mi espada y mi arma apuntando hacía varias direcciones, inclusive
arriba donde varios adjumtuý salieron de sus habitaciones llamados por el
ruido.
-¿wakforusoñuynopnokelolonu,
blizurAtielo? (6)- se quejo letergo Xiomanon
cuando apareció tras la cortina, no baje mi guardia, ya que varios
querían atacarme-¡hogokelosqopürop!(7)- ordeno furiosamente, y lo hice, las
ordenes van por encima de la auto preservación; a lo que los demás Adjumtuý lo
hicieron pero sin dejar de mirarme.-¡bokelosgowañ!
KanseyQuenevarokelgoboñoyunogolokelgosuyfozoñ(8)-hizo alusión mi maestro o
Kansey, ya muerto.-¡yefranonzyonokelojopanqueñoroñogüpanonokelfoyopozookel(9)-
lo seguí tras la cortina de paja y fuimos por un corredor largo, hasta llegar a
la ultima puerta.-goyokelogonokelyefranonbokeloasonu ti Chopeí’iLucius.(10)-se
fue y me introduje a la habitación, tenía cama, un pequeño armario a un costado
y un tina de madera con agua caliente en el centro, junto a los utensilios para
asearme.
Deje mis
cosas a un costado y comencé a quitarme mi vestimenta, pero antes de llegar a
mi bozal me mire en el espejo de pie que estaba en una esquina; las cicatrices
de mi cuerpo eran varias y variadas, la más importante era la de mi estómago y
la de mi pierna derecha, y vi la mugre que tenía mi piel; pase la mano por mis
cabellos, estirándolos ligeramente, y me di cuenta que estaban creciendo, por
lo que tome la pequeña navaja, después de mojarme la cabeza y comencé a
raparme, era más fácil evitar los piojos y pulgas de esa manera. Tan pronto
termine, me aleje del espejo y me saque
mi bozal, el código que había impartido mi castigo, evitaba que pudiese
mirarme al rostro, así que no sabía como era en la actualidad; me introduje a
la tina y aunque intente reprimir la sensación, me agrado el agua caliente
sobre mi piel, como si me abrazara cálidamente y quitaba el dolor de los
latigazos en mi espalda. Podía tener un efecto adormecedor pero me bañe
rápidamente, sin dejar huella de mugre; el agua termino marrón después de que
salí de esta. Saque de mi bolso algunas ropas limpias, que había preparado
concienzudamente para tener un repuesto para momentos como estos; guarde la
ropa sucia, la lavaría en el barco, guarde el jabón, y me coloque nuevamente mi
saco junto al bozal.
Más
relajado, no es que me gustase tener la piel en las condiciones que estuvieron
mas no tuve otra opción, y fui rápidamente hacía el punto de encuentro con mi
Chopeí’i; el maizal rojizo era el campo utilizado por los cantores cada fecha
oportuna para establecer algún cantico importante, estaba rodeado por cuatro
templos con murallas rojas que delineaban y enfocaban las energías de los
astros para encauzar las predicciones. Cada cantor cada vez que termina su
labor, según como haya sido la predicción, moría o caía en un sueño pesado,
quedando petrificado en el tiempo, sin envejecer ni alterarse hasta que otro
cantico fuese necesario; durante su descanso, dormían en cualquiera de los
cuatro templos rojos. Solo unos pocos, aquellos que debieron morir al nacer son
los que resurgen como cantores, así que no están vivos per se; nadie puede
interpretar los canticos, pero si quienes son los elegidos para realizarlos,
los canticos pueden ser beneficiosos como no, solo cuando el cantico se haya
realizado se sabe de que naturaleza eran. Fui hasta el maizal rojillo, pasando
entre medio de los templos rojillos, note que el suelo estaba perdiendo color
verde, tomando cierta tonalidad rosa…dentro de unos meses habría otro cantico.
Lo sentí
nuevamente, estaban mirando mi dirección pero esta vez no era uno Adjumtuý o un
letergo, sino que su inspección era más descarada y descuidada, ya que escuche
como rompió una rama a menos de 200 metros. Espere a su próximo movimiento,
pero nada sucedió, también estaba esperando; entonces, note a mi derecha a
alguien sobre un cabello, era Chopeí’i Lucius seguido por otros tres caballos,
dos con bultos y uno solo libre; cuando, quien me observaba, se dio cuanta de
su presencia, comenzó a moverse sigilosamente, así que me oculte tras de unas
de las paredes de los templos. Chopeí’i Lucius no intento llamarme o
preguntarme que sucedía, sino que se quedo esperando, cubierto por una capa que
ocultaba su rostro. Sin hacer ruido, trepe las pared, saltando para sostenerme
del marco de una ventana, y me sorprendí cuando sin querer mira dentro
encontrándome con un cantor mirándome directamente a los ojos. Su rostro era
joven, no aparentaba más de 8 años, así que por unos cálculos rápidos creo que
rondaría los 40 años; creo que no se sostenía de nada sino que estaba elevada
en el aire como sino necesitara la tierra. Su piel era blanca y cabello blanco,
pero lo inquietante era la falta de ojos, sino que solo tenía las cuencas sin
ojos oculares, y aun así me estaba mirando; tras ella, habían otros siete
cantores, y cada uno me sonreía, algunos eran aparentaban más edad que ella,
otros eran más pequeños. La cantora, modulo la boca, y no comprendí a lo que se
refería, pero si lo había leído en sus labios, y me sonrió cruelmente. Todo
duro una fracción de segundos, no tenía permitido como Adjumtuý estar presente
frente a un cantor, solo los sacerdotes que se manipulan entre las sombras
pueden verlos y por primera vez en mi vida, mi corazón latió con fuerza, y mis
piernas perdieron vigor; me compuse rápidamente, subí al techo del templo. Me
agache, y sentí como el sujeto se movía rápidamente hacía Chopeí’i Lucius y me
tire de cabeza del techo sacando mi navaja, para caer encima de él y apretar el
cuchillo sobre su tráquea; trato de luchar, pero mantuve mi agarre, supuse que
Chopeí’i Lucius quería interrogarlo. Era un hombre grande pero sin conocimiento
en combate cuerpo a cuerpo; Chopeí’i Lucius se aproximó, para estudiar al
hombre.
Examine su
perfil, y me di cuenta que era un fugitivo, uno de los tantos que huían al
castigo y se escondían en los senderos de Ambrusia, no hay que acotar lo obvio,
ellos harían todo lo posible para no cruzarse con un Adjumtuý, mucho menos un
blizur, y aun menos no atacarían un Chopeí’i. Y aun así, él estaba en Mayur en un burdo
intento de matar al hijo del regente.-suéltalo, desperdicio…-me ordeno Chopeí’i
Lucius, hice lo que se me fue dicho, no porque lo considerase pertinente, podía
matarlo rápidamente, y el fugitivo temeroso fue hacía el negrura de la noche.-…no
hubiera podido hablar, no tenía lengua…-me indico, descubriendo su rostro, y vi
que tenía una barba falsa, intentando disfrazarse.-…no llegara muy lejos, ya
esta muerto, quien lo haya enviado lo torturara por no matarme….-suspiro
pesadamente, apretando la mandíbula, y paso su vista por todo maizal rojizo,
hasta que se detuvo en el templo.-…vámonos de una vez, este lugar me da
escalofríos…-lo seguí pero antes de subir a mi caballo, mire por últimamente
hacía la ventana del templo y vi a la niña despedirse de mí mientras que las
venas bajo su piel se tornaban negras, mi corazón palpito fuertemente y un
cosquilleo recorrió mi cuerpo, haciéndome estremecer…creo que esto es lo que
llaman tener miedo.
(1)yueAdjumtuýXiomanon,
Chopeí’iLuciusnosojoñokelwakzoñogüpanwakwoxokogoxüzokogoxogkoqboñogok: soy
adjumtuýXiomanon, chopeí’iLucius indico que tienes que prepararte para el viaje
(2)panuvokoogorokgowañ,
blizurAtielo: espérame aquí, blizurAtielo.
(3)¿zakoxokoykoqlogoruyublizurAtielo?:
¿tu eres el famoso blizurAtielo?
(4)yokelomas
puy xaruopanvokelosoyokelwakrokelojoñoxoñopgoqrokelosuyjuymokelozoxuy,
vokoxukeloxokeloykelosogosu: según los rumores pensé que medirías al menos dos
metros, pero eres enano
(5)su pan
vuyoñohoqokelwakzayokelopkoqblizurfochopeí’iLuciusyefranonlogoloñoqoñopankoqlogosonoñokel:
no es posible que tu seas el blizur de Chopeí’iLucius y facilites el cantico
(6)¿wakforusoñuynopnokelolonu,
blizurAtielo?: ¿Qué demonios has hecho, blizurAtielo?
(7)¡hogokelosqopürop!:¡bajen
las armas!
(8)¡bokelosgowañ!
KanseyQuenevarokelgoboñoyunogolokelgosuyfozoñ: ¡ven aquí! kanseyQueneva me
aviso hace años sobre ti
(9)¡yefranonzyonokelojopanqueñoroñogüpanonokelfoyopozookel!:¡y
ustedes limpien este desastre!