PUEDE QUE ME CONOZCAN, PUEDE QUE NO... NO SOY LA MEJOR PERSONA DEL MUNDO, NI LA MEJOR HIJA O HERMANA O AMIGA, NI MUCHO MENOS LA MEJOR ESCRITORA; PERO QUIERO COMPARTIR CON USTEDES LO QUE PUEDO CREAR CON IMAGINACIÓN Y EMPEÑO. SI ME DEJAN LLEVARLAS, PUEDEN QUE DISFRUTEN EL PASEO





lunes, 3 de septiembre de 2012

LUCIUS



CHOPEÍ’I


Kelxocajkomocowomog: yofhumocogocogüfowuxublizurpanonogfonokoxoroñosogojuvuxkoqsogiñozogüonuwakonoxogokkelosoyoñomuqogtokomogojogfoigojogchopeí’i; poñkeloruqogloqokiñogyefranon ya ükel, uvapanonogoyvokoxusokikoyogoxoñopopoxogqogluxorogadmegjokoqürogonogonukoqchopeí’iwañogü pan kogwakmañognogoloñogkoglaonaxuyefranonqogblizurwañogüuxoñogüzog ya tokomogojoggorohuypanonowilasoñojuyogoxogkelorovoqokozogoxlogosonoñokel. Sogojog pan rogoysogonaxogoqkoqchopeí’iyefranon ya blizur.(°)

(°)(Código: El nacimiento de cada blizur esta determinado por la iluminación que trae consigo la llegada de cada chopeí’i; así como la flecha y su arco, opuestas pero necesarias para la formación del arma, tanto el chopeí’i quien es el que guía hacía el futuro y el blizur quien orienta su llegada, ambos están unidos para completar el cantico. Nada es más natural que el chopeí’i y su blizur.)

 Espere la decisión de mi Chopeí’i, tanto mi nacimiento como mi muerte estaba destinada a lanecesidad de él, nada más simple y básico, su arma estaba cargada, tenía huellas de pólvora en la punta del cañón; me concentre en él, era extraño ver como los años había cambiado su complexión, había pasado de ser un niño afeminado a ser un joven alto y facciones duras. Su mentón se endureció mientras que calculaba el rango de alcance del proyectil y como la sangre salpicaría alrededor, o eso creo, yo lo haría. Sus fosas nasales se abrieron mientras que respiraba con dificultad y espere a que disparará, creo que esto sería gracioso para Sir Robert McConnall, sobrevivir durante muchos años para luego morir bajo la mano del ser que debía proteger, no entiendo mucho sobre humoradas pero si tiene su pizca de jocosidad. La luna se estaba presentando maravillosa en el cielo, y de pronto, Chopeí’i Lucius se quejo en voz alta, dejando caer el arma a un costado, exasperado.- al menos defiéndete, desperdicio…-grito, inmediatamente aspirando profundamente. Trate de comprender a lo que se refería, pero aun así no tenía sentido, tal vez en su mente superior si lo tenía, y procure no demostrar mi desconcierto. Se giro y miro hacía donde provenían las luces de la casa, y pude apreciar como cada parte se iluminaba ante la luna y como cada cosa es predestinada, como mi nacimiento y la protección de mi Chopeí’i, y cada luz y cada ángulo de la casa marcaba la grandiosidad de Ziruz.-…no entiendo porque no te moriste, Atielo…-murmuro bajamente, creo que para no oyera, pero lo capte perfectamente, más que nada porque como cualquier Adjumtuý  puedo leer los labios.
Se apoyó sobre el tronco del árbol, y supe automáticamente que estaba molesto por algún motivo, no solo por mi presencia, su mente estaba proyectando algo que me tensiono; miro de reojo hacía mí, y frunció su nariz asqueado. Baje mi mirada, cerré los ojos,  y pude sentirlo, lejos de nosotros pero observándonos; sería infructífero tratar de localizarlo, pero estaba ahí, y no nos sacaba los ojos de encima. No sabía si pertenecía a la guardia o algo más, entonces Chopeí’i Lucius aclaro su garganta.-…el viaje se adelantara, partiremos en tres horas…-entonces me di cuenta que él también estaba consciente que el peligro nos rodeaba. Sus cabellos parecían negros bajo la luna, pero pude reconocer algunos mechones castaños que brillaban, Chopeí’i Lucius siempre tuvo maneras, tanto en su cabello como sus facciones que demostraban debilidad, su cabello claro lo demostraba. Conocí un par de hombres, como Sir Robert McConnall que tenía el cabello tan rubio casi aparentando blancura, pero eran fieros guerreros, aun así, considero que tiene los cabellos negros son verdaderos hombres de fortaleza física; la mayoría de los esclavos y presos tienen cabellos oscuros y los he visto levantar pesos que triplicaba el propio. Mi cabello es negro como la noche en el desierto.-primero báñate, desperdicio, no soportare tu olor más tiempo…-me ordeno, colocando su arma sobre su cinturón y asentí, manteniendo mi distancia, para no disturbarlo con mi olor. Estudie su figura, era alto, unos seis pies de alto o metro ochenta, según la regla de medición utilizada, y su cabello estaba atado en una coleta con una cinta azul, representando su posición como hijo del regente, aunque no era heredero directo al trono, tendría un lugar importante no solo como miembro de la familia gobernante sino  también porque los canticos así lo indicaron. 
Rodeamos el parque de flores, donde grandes laberintos naturales se formaban, no sería problema encontrar la salida pero la superstición obligaba a cualquier Adjumtuý  a no acercarse, acarrearía la perdida de los dedos del pie por tocar el piso santo de las almendras, no adecuado a los de mi especie. El doctor Monte Agudo quiso examinarme, demostrar que no somos más que seres humanos como cualquier otro, esta convencido que la majadería era lo que potenciaba nuestras habilidades y la chusma era quien inculcaba creencias en nosotros absolutamente infundadas; por supuesto, no deje que me examine, pero sin palabras, no solo porque el código así me lo indica, sino también porque es necesario demostrar con acciones lo que el necio no quiere ver, me corte con un cuchillo la piel de mi brazo, y durante dos horas vio, asombrado, como la herida se curaba rápidamente. La sangre Adjumtuý es la que impulsa mi corazón, pero también es la que me da capacidades para resguardarme de los peligros que pueden imposibilitar mi destino, por este simple motivo, además porque los canticos han indicado mi muerte el mismo día de mi nacimiento, es que mi misma sangre es la que facilita mi curación y me mantiene en condiciones para desempeñar mi función.  Detuve mi marcha, lo sentí incluso antes de que aparecieran, y baje la mirada cuando el Chopeí’i Morasto, el hermano menor de mi Chopeí’i Lucius, se aproximó junto a su blizur y dos Adjumtuý encargados de su cuidado.  Chopeí’i Morasto cumpliría 8 años dentro de unos meses, y esta era la primera vez que estaba en su presencia.
Corrió hacía nosotros, riendo y me sorprendió cuando escuche la risa de otro niño a su lado, quien pude identificar como su Blizur; algunos Chopeí’i tienen un vinculo fuerte con su blizur, incluso, escuche de mi Kansey que el blizur llega a ser el mejor amigo de su Chopeí’i, algo importante pero al mismo tiempo perjudicial. No comprendí sus palabras, aun hoy en día, cada tanto trato de analizarlas, pero aun así no tienen sentido alguno, es como si estuviesen codificadas de alguna manera, creo que esa es una de mis más grandes falencias. Me enfoque en la hierva, la briza la movía haciéndola bailar, esa es la grandiosidad de Ziruz, cada parte de esta, incluso el mismo aire, invita a vivir el mundo en su máxima expresión y belleza.- Lucius…-llamo a Chopeí’i Lucius, y por lo que presentía, se abalanzo hacía sus brazos; y quien nos estuviese observando, desde lo alto de alguna colina se desplazo hacía otro lado, llamando la atención de los Adjumtuý; levante la cabeza cerrando los ojos, y podía sentir como la sangre era potente, existía la posibilidad que fuese un letergo.-¿él es tu Blizur?- por su tono sentí que estaba contrariado, fue impresionante escuchar el corazón de su blizur latir con fuerza, podría jurar que estaba…asustado. Mire hacía él, y lo encontré escondido tras  chopeí’i Morasto, como si los deberes y el código se hubiesen modificado, y ya no fuese responsable del bienestar de su Chopeí’i; era un niño, casi de la misma estatura que Chopeí’i Morasto, pero nada en su porte denotaba alguna fortaleza sino que la presencia de su Chopeí’i era más fuerte, como si por sus venas corriera una veta guerrera y no en su blizur.
Chopeí’i Lucius no se giro hacía mi, sino que se quedo mirando hacía los Adjumtuý que escoltaban a su hermano y blizur; agitando la cabeza, paso la mano por los cabellos de su hermano, que cernía sus ojos verdes sobre mí, aferrando a su tembloroso Blizur tras de él, tomando su mano, creo que en señal de que no se moviera.-él es blizur Atielo…-informo, y pasando al lado de su hermano, tomo al blizur entre sus brazos para alzarlo; trate de no fruncir el ceño, pero fracase miserablemente, porque Chopeí’i Lucius trataba al blizur como un ser igualitario a él.- y no te preocupes, Germánico, él no te hará daño…-le susurro al blizur para tranquilizarlo, a lo que este asintió lentamente, sin estar muy convencido. Empuje cada sensación de desconcierto lo más lejos que pudiera, porque no se respetaba la regla, aunque el código no lo impone, pero si la regla es clara, y aun así Chopeí’i Lucius no la respetaba; tratar a un blizur como un igual era sorprendente pero no indicar su categoría y solo llamarlo por su nombre era más que anormal. Tuve la tentación de hablar, incluso más que cuando una lanza india atravesó mi estomago, pero me contuve no era mi deber indicar la regla a nadie y mucho menos a mi Chopeí’i.
Los adjumtuý siguieron a los chopeí’i y yo mantuve mi distancia, mi suciedad no tenía que molestarlos.- ¿así me veré después de que vaya a la guerra?- demando blizur Germánico tímidamente hacía mí, sin atreverse a mirarme.
-tu no iras a la guerra…-vocifero emocionado Chopeí’i Morasto, a lo que Chopeí’i Lucius dejo al blizur al piso, para ser abrazado por su Chopeí’i.- te lo dije muchas veces, tu no te iras a ningún lado…-y dirigiéndose a su hermano, continuo.- no voy a dejar que lo lleven a la guerra.- Chopeí’i Lucius sonrió por lo bajo y se arrodillo para tomar al blizur entre sus brazos, separándolo de su Chopeí’i.
-todavía hay tiempo para eso, y cuando llegue el momento no dejaré que te lleven ¿Qué fue lo que te dije, Germánico?- le pregunto alegremente, y el blizur frunciendo su ceño para luego sonreír, contesto.
-que tenga fe, y que eres un hechicero poderoso, Lucius…que harás todo posible.- Chopeí’i Lucius rio y beso su frente.
-no hay de que preocuparse, yo me encargare de todo…además, nadie jamás se verá tan horrible como blizur Atielo…-y los niños asintieron mientras reían, yendo hacía un costado, donde estaban la parte de la caballería real; los adjumtuý estaban por seguirlos, cuando Chopeí’i Lucius pronuncio.
-Ometo, Penton…- sin acotar la regla llamo a los dos adjumtuý.-…doblen la seguridad, no quiero que nada al azar ¿entendieron?- ellos asintieron y fueron tras el Chopeí’i y su blizur.- desperdicio…-confirme que de ahora me llamaría de esa manera y me concentre en él, sus ojos violetas estaban ligeramente vivaces, pero no de buena manera, como si estuviese consciente que era lo que sucedería, y no se intuía nada bueno.-tienes treinta minutos para asearte y nos encontramos en el maizal rojizo.-se apuró y fue hacía donde se realizaba la celebración.
Fui hacía la zona de entrenamiento, para ir hacía el establo donde había dejado mi bolso y antes de que pudiera descifrar donde podía bañarme, un letergo  se me aproximo.-blizur Atielo…- tendría unos 50 años y por la ausencia de su mano derecha, supe que debía hacerse cargo de abastecer a los Adjumtuý.-yueAdjumtuýXiomanon, Chopeí’iLuciusnosojoñokelwakzoñogüpanwakwoxokogoxüzokogoxogkoqboñogok (1).-tome mi bolso y lo seguí hacía el edificio hecho con piedra de la arenas de Alentio, resistente a cualquier ataque, donde residía la mayoría de los Adjumtuý que protegían la ciudad de Mayur. Abrió la puerta y algunos Adjumtuý y letergos, me estudiaron.-panuvokoogorokgowañ, blizurAtielo…(2)-me aviso letergoAdjumtuýXiomanon, desapareciendo tras una cortina de paja en un costado, un adjumtuý paso al lado mio, mientras que cruzaba sus brazos sobre su pecho. Creo que intento intimidarme con su altura, un metro noventa o seis punto cinco, según la regla de medición, y sus grandes músculos; mi estatura, aunque jamás me he medido, ronda el metro sesenta o cinco punto tres, según la regla de medición, y creo que lucía ridículamente comparado a él.
-¿zakoxokoykoqlogoruyublizurAtielo?(3)- se mofo, y varios rieron- yokelomas puy xaruopanvokelosoyokelwakrokelojoñoxoñopgoqrokelosuyjuymokelonoxuy, vokoxukeloxokeloykelosogosu (4)…-sobre su cinturón se mostraba un arma y sostenía una espada con punta curva en su mano derecha. Colocándose enfrente mío levanto su espada, apuntando a mi cuello.-…su pan vuyoñohoqokelwakzayokelopkoqblizurfochopeí’iLuciusyefranonlogoloñoqoñopankoqlogosonoñokel.(5)-sentí su envidia tras cada palabra, es algo que no lo llego a comprender pero si puedo destacar cada sentimiento. Levante mi mano izquierda cruzando los tres dedos del medio entre ellos, solicitándole que me indique si pertenecía a la guardia real. Arrugo la boca en señal que ni siquiera era parte de la excelente guardia, así que su muerte no era perjudicial para nadie. Por lo que tome moví rápidamente con mi muñeca la espada a un costado, y antes de que pudiera reaccionar, me abalance hacía delante, tomando con mi mano izquierda su muñeca rompiéndola, antes de que pudiera gritar mientras que sus ojos se llenaban de horror tome su espada y la abanique cortando su cabeza. El cuerpo cayo hacía atrás, y logre sostener la cabeza entre mis manos, sujetándola desde los cabellos; tire la cabeza hacía el grupo que estaba a mi derecha y saque entre mis ropas mi espada y mi arma apuntando hacía varias direcciones, inclusive arriba donde varios adjumtuý salieron de sus habitaciones llamados por el ruido.
-¿wakforusoñuynopnokelolonu, blizurAtielo? (6)- se quejo letergo Xiomanon  cuando apareció tras la cortina, no baje mi guardia, ya que varios querían atacarme-¡hogokelosqopürop!(7)- ordeno furiosamente, y lo hice, las ordenes van por encima de la auto preservación; a lo que los demás Adjumtuý lo hicieron pero sin dejar de mirarme.-¡bokelosgowañ! KanseyQuenevarokelgoboñoyunogolokelgosuyfozoñ(8)-hizo alusión mi maestro o Kansey, ya muerto.-¡yefranonzyonokelojopanqueñoroñogüpanonokelfoyopozookel(9)- lo seguí tras la cortina de paja y fuimos por un corredor largo, hasta llegar a la ultima puerta.-goyokelogonokelyefranonbokeloasonu ti Chopeí’iLucius.(10)-se fue y me introduje a la habitación, tenía cama, un pequeño armario a un costado y un tina de madera con agua caliente en el centro, junto a los utensilios para asearme.
Deje mis cosas a un costado y comencé a quitarme mi vestimenta, pero antes de llegar a mi bozal me mire en el espejo de pie que estaba en una esquina; las cicatrices de mi cuerpo eran varias y variadas, la más importante era la de mi estómago y la de mi pierna derecha, y vi la mugre que tenía mi piel; pase la mano por mis cabellos, estirándolos ligeramente, y me di cuenta que estaban creciendo, por lo que tome la pequeña navaja, después de mojarme la cabeza y comencé a raparme, era más fácil evitar los piojos y pulgas de esa manera. Tan pronto termine, me aleje del espejo y me saque  mi bozal, el código que había impartido mi castigo, evitaba que pudiese mirarme al rostro, así que no sabía como era en la actualidad; me introduje a la tina y aunque intente reprimir la sensación, me agrado el agua caliente sobre mi piel, como si me abrazara cálidamente y quitaba el dolor de los latigazos en mi espalda. Podía tener un efecto adormecedor pero me bañe rápidamente, sin dejar huella de mugre; el agua termino marrón después de que salí de esta. Saque de mi bolso algunas ropas limpias, que había preparado concienzudamente para tener un repuesto para momentos como estos; guarde la ropa sucia, la lavaría en el barco, guarde el jabón, y me coloque nuevamente mi saco junto al bozal.
Más relajado, no es que me gustase tener la piel en las condiciones que estuvieron mas no tuve otra opción, y fui rápidamente hacía el punto de encuentro con mi Chopeí’i; el maizal rojizo era el campo utilizado por los cantores cada fecha oportuna para establecer algún cantico importante, estaba rodeado por cuatro templos con murallas rojas que delineaban y enfocaban las energías de los astros para encauzar las predicciones. Cada cantor cada vez que termina su labor, según como haya sido la predicción, moría o caía en un sueño pesado, quedando petrificado en el tiempo, sin envejecer ni alterarse hasta que otro cantico fuese necesario; durante su descanso, dormían en cualquiera de los cuatro templos rojos. Solo unos pocos, aquellos que debieron morir al nacer son los que resurgen como cantores, así que no están vivos per se; nadie puede interpretar los canticos, pero si quienes son los elegidos para realizarlos, los canticos pueden ser beneficiosos como no, solo cuando el cantico se haya realizado se sabe de que naturaleza eran. Fui hasta el maizal rojillo, pasando entre medio de los templos rojillos, note que el suelo estaba perdiendo color verde, tomando cierta tonalidad rosa…dentro de unos meses habría otro cantico.
Lo sentí nuevamente, estaban mirando mi dirección pero esta vez no era uno Adjumtuý o un letergo, sino que su inspección era más descarada y descuidada, ya que escuche como rompió una rama a menos de 200 metros. Espere a su próximo movimiento, pero nada sucedió, también estaba esperando; entonces, note a mi derecha a alguien sobre un cabello, era Chopeí’i Lucius seguido por otros tres caballos, dos con bultos y uno solo libre; cuando, quien me observaba, se dio cuanta de su presencia, comenzó a moverse sigilosamente, así que me oculte tras de unas de las paredes de los templos. Chopeí’i Lucius no intento llamarme o preguntarme que sucedía, sino que se quedo esperando, cubierto por una capa que ocultaba su rostro. Sin hacer ruido, trepe las pared, saltando para sostenerme del marco de una ventana, y me sorprendí cuando sin querer mira dentro encontrándome con un cantor mirándome directamente a los ojos. Su rostro era joven, no aparentaba más de 8 años, así que por unos cálculos rápidos creo que rondaría los 40 años; creo que no se sostenía de nada sino que estaba elevada en el aire como sino necesitara la tierra. Su piel era blanca y cabello blanco, pero lo inquietante era la falta de ojos, sino que solo tenía las cuencas sin ojos oculares, y aun así me estaba mirando; tras ella, habían otros siete cantores, y cada uno me sonreía, algunos eran aparentaban más edad que ella, otros eran más pequeños. La cantora, modulo la boca, y no comprendí a lo que se refería, pero si lo había leído en sus labios, y me sonrió cruelmente. Todo duro una fracción de segundos, no tenía permitido como Adjumtuý estar presente frente a un cantor, solo los sacerdotes que se manipulan entre las sombras pueden verlos y por primera vez en mi vida, mi corazón latió con fuerza, y mis piernas perdieron vigor; me compuse rápidamente, subí al techo del templo. Me agache, y sentí como el sujeto se movía rápidamente hacía Chopeí’i Lucius y me tire de cabeza del techo sacando mi navaja, para caer encima de él y apretar el cuchillo sobre su tráquea; trato de luchar, pero mantuve mi agarre, supuse que Chopeí’i Lucius quería interrogarlo. Era un hombre grande pero sin conocimiento en combate cuerpo a cuerpo; Chopeí’i Lucius se aproximó, para estudiar al hombre.
Examine su perfil, y me di cuenta que era un fugitivo, uno de los tantos que huían al castigo y se escondían en los senderos de Ambrusia, no hay que acotar lo obvio, ellos harían todo lo posible para no cruzarse con un Adjumtuý, mucho menos un blizur, y aun menos no atacarían un Chopeí’i.  Y aun así, él estaba en Mayur en un burdo intento de matar al hijo del regente.-suéltalo, desperdicio…-me ordeno Chopeí’i Lucius, hice lo que se me fue dicho, no porque lo considerase pertinente, podía matarlo rápidamente, y el fugitivo temeroso fue hacía el negrura de la noche.-…no hubiera podido hablar, no tenía lengua…-me indico, descubriendo su rostro, y vi que tenía una barba falsa, intentando disfrazarse.-…no llegara muy lejos, ya esta muerto, quien lo haya enviado lo torturara por no matarme….-suspiro pesadamente, apretando la mandíbula, y paso su vista por todo maizal rojizo, hasta que se detuvo en el templo.-…vámonos de una vez, este lugar me da escalofríos…-lo seguí pero antes de subir a mi caballo, mire por últimamente hacía la ventana del templo y vi a la niña despedirse de mí mientras que las venas bajo su piel se tornaban negras, mi corazón palpito fuertemente y un cosquilleo recorrió mi cuerpo, haciéndome estremecer…creo que esto es lo que llaman tener miedo.

(1)yueAdjumtuýXiomanon, Chopeí’iLuciusnosojoñokelwakzoñogüpanwakwoxokogoxüzokogoxogkoqboñogok: soy adjumtuýXiomanon, chopeí’iLucius indico que tienes que prepararte para el viaje
(2)panuvokoogorokgowañ, blizurAtielo: espérame aquí, blizurAtielo.
(3)¿zakoxokoykoqlogoruyublizurAtielo?: ¿tu eres el famoso blizurAtielo?
(4)yokelomas puy xaruopanvokelosoyokelwakrokelojoñoxoñopgoqrokelosuyjuymokelozoxuy, vokoxukeloxokeloykelosogosu: según los rumores pensé que medirías al menos dos metros, pero eres enano
(5)su pan vuyoñohoqokelwakzayokelopkoqblizurfochopeí’iLuciusyefranonlogoloñoqoñopankoqlogosonoñokel: no es posible que tu seas el blizur de Chopeí’iLucius y facilites el cantico
(6)¿wakforusoñuynopnokelolonu, blizurAtielo?: ¿Qué demonios has hecho, blizurAtielo?
(7)¡hogokelosqopürop!:¡bajen las armas!
(8)¡bokelosgowañ! KanseyQuenevarokelgoboñoyunogolokelgosuyfozoñ: ¡ven aquí! kanseyQueneva me aviso hace años sobre ti
(9)¡yefranonzyonokelojopanqueñoroñogüpanonokelfoyopozookel!:¡y ustedes limpien este desastre!
(10)goyokelogonokelyefranonbokeloasonu ti Chopeí’iLucius: aséate y ve junto a Chopeí’iLucius